MARIO SANZ, BIOTÉCNICO ARGUEDANO

martes, 23 de diciembre, 2025

Un joven investigador navarro en la capital de Austria: "Es uno de los centros científicos con mejores instalaciones de Europa".

El biotecnólogo de 24 años se mudó en 2023 hasta Austria para cursar un máster e identificar las vulnerabilidades del cáncer en el Instituto de Patología Molecular.

Arguedas tiene un embajador en Viena y se llama Mario Sanz Sanz. A lo largo de 2023, cuando este joven de 24 años encarrilaba los últimos meses del grado de Biotecnología en la UPNA, comenzó a buscar opciones de máster. Se trata de un paso habitual que muchos estudiantes dan tras finalizar la carrera para especializarse. “Me di cuenta de que quería enfocarme en buscar soluciones a enfermedades como el cáncer utilizando estas técnicas”, apunta desde la capital austriaca. Explica, además, que fue durante sus estudios en Pamplona cuando aprendió la gran variedad de técnicas moleculares existentes para aplicarlas en favor de los sistemas biológicos.

“Me puse a buscar másteres por toda Europa y encontré uno que encajaba a la perfección: 'Descubrimiento y Desarrollo de Fármacos' en la Universidad de Viena”, recuerda este biotecnólogo, que ya cumple dos años en la capital austriaca, aunque explica que no tenía ninguna preferencia por el lugar donde cursar el posgrado. El contenido de la especialización era lo que marcaba el rumbo de Mario. “No buscaba una ciudad en concreto, aunque reconozco que Viena me pareció una opción fantástica desde el principio”, señala.

Con el destino elegido, el joven de Arguedas hizo las maletas y en octubre de 2023 se plantó en Austria, donde actualmente trabaja como investigador en el Instituto de Investigación de Patología Molecular (IMP). “Es uno de los centros científicos con mejores instalaciones de Europa”, asegura sobre el prestigio que atesora su centro a nivel continental. “La verdad es que me siento muy afortunado”, dice.

A POR LOS PUNTOS DÉBILES DEL CÁNCER

La principal tarea que realiza Mario es identificar las vulnerabilidades del cáncer mediante el uso de tecnologías de edición genética de última generación, como CRISPR/Cas9 o RNAi, detalla. “Específicamente yo fui contratado para determinar mutaciones genéticas, hasta ahora desconocidas, que aumenten la eficacia de fármacos usados actualmente en cáncer”, explica, atribuyendo esta labor al Trabajo de Fin de Máster (TFM) en el que está involucrado. “Ha tenido resultados muy alentadores”, destaca este navarro que vive a media hora del laboratorio.

“Viena es una maravilla. Se respira una atmósfera de elegancia y de historia viva, como si el pasado y el presente estuvieran ocurriendo al mismo tiempo”, dice, dedicando especial atención a la arquitectura y a la gestión de la vivienda. “Salvando el casco histórico, la amplia mayoría de distritos proporcionan gran oferta de vivienda a precio asequible”, indica, dando paso a la rutina y al ocio.

El día a día de Mario tampoco resulta muy diferente al que llevaba en Pamplona. Gimnasio por la mañana para empezar el día con “mente despejada” y después ir a trabajar. Ya por la tarde llegan los planes con los amigos o la tranquilidad del hogar. “Desde conciertos de orquesta sinfónica al aire libre hasta raves dentro de una fábrica de cerveza. Pocas veces he estado aburrido en estos dos años”, reconoce entre risas.

Los planes de futuro de este joven pasan por defender el TFM y, después, realizar un doctorado para especializarse en el desarrollo de estrategias terapéuticas. No sabe dónde será, pero tiene claro que en España la investigación sigue siendo “una asignatura pendiente”. Aunque, sin lugar a dudas, echa de menos su tierra, Navarra. “La calidad de vida es alta tanto en Viena como en Navarra. Servicios públicos de calidad, sanidad decente y sensación general de seguridad”, enumera añadiendo que otra semejanza podría ser el peso histórico de ambas regiones y “el orgullo local” que tienen los vieneses y los navarros. En lo relativo a las diferencias habla del carácter de las personas y el clima.

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